miércoles, 23 de junio de 2010

(*) Es lo mejor...

- ¿Te puedo pedir una cosa?
- Sí, dime.
- No te acostumbres a mí.
- ¿Cómo?
- Que no te acostumbres a mí, ni a mi risa, ni a mi hiperactividad, ni a mis sonrisas en esos momentos, ni a mis besos, ni a mi olor. No te acostumbres a mi cara cuando te ríes de mí, ni te acostumbres a mi rabia, ni a reírte de las cosas que digo.
No te acostumbres, en serio.
- ¿Y eso a qué viene?
- A nada, simplemente algún día me cansaré, me iré y echarás de menos todas esas cosas a las que un día te acostumbraste




No hay comentarios:

Publicar un comentario