lunes, 16 de agosto de 2010

Análisis primero de como se ve todo desde el puntito sobre la i.

Pudiendo explicar las relaciones con signos de puntuación dime, dime que es lo nuestro, o si nada es exactamente nuestro y sólo existe tuyo y mío.
Acercándome a la realidad diría, que somos innumerables paréntesis en una infinita línea de puntos suspensivos, que cada coma trae detrás consigo un momento mejor que el anterior, los besos vienen entre exageradas exclamaciones; hay puntos y aparte en esto tan raro que se sostiene en dos interrogaciones demasiado sólidas tal vez… pero sólo son eso, puntos y aparte que buscan un espacio entre línea y línea (a veces párrafos), siempre encontrando la letra mayúscula que continua la historia. Los puntos finales aún queriendo conocerlos, no los conoce nuestro cuento de nunca acabar, pues de eso se trata, de no dejar nunca de escribir , porque nunca se acaban las páginas, o eso parece… estamos escritos, en ocasiones, “entrecomillados” por aquello que dijo aquel, que dijo aquella, que nadie dijo, pero dijeron. No sabría explicar con exactitud que significarían en este lío los puntos y comas, sí en cambio, los famosos dos puntos, que introducirían cada interminable enumeración de caricias y besos inventados a lo largo de este, demasiado largo ya, viaje a ninguna parte. Los guiones son, extrañamente, necesarios innecesarios que avecinan, según que palabras de nuestras bocas introduzcan, la catástrofe o la felicidad más supina. Y todo esto enmárcalo ¿…¡,.(“”):;!…? y ese es el resultado, dos interrogaciones más firmes que dos columnas griegas, y todo lo demás apoyándose en ellas, hasta que caigan de viejas o se despejen como las equis de una ecuación matemática.
Aunque de intentar explicar esto con una ecuación, mejor hablamos otro día, que ni el mismo Einstein sería capaz de resolverla.

En directo...!

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