sábado, 21 de agosto de 2010

Piensa en frío.

El problema del frío es que en su justa medida es agradable, cálido y maravilloso. Muchos prefieren el frío al calor, porque con el calor no podrás sentir frío, pero con el frío si el calor. En pleno invierno, a 5º por ejemplo, una de los mejores sensaciones es meterse en la cama con sábana, manta y edredón y arroparse hasta arriba, y sentir como el frío desaparece poquito a poco para convertirse en calor. Pero durante el verano, el calor nunca será frío.
Los paisajes más bellos, son los helados, lugares mágicos cubiertos de nieve y de hielo.
-Ah! Sí eso, el hielo. ¿Es posible que te guste el calor y a la vez sientas una terrible necesidad por el hielo?
-Un momento, antes de responderte, se me olvidó contarte que a las personas tiende a gustarles, aquello que no pueden tener en el momento en el que lo quieren, como el hielo en verano. Lo que pasa con el hielo, es que es necesario para transmitir esa maravillosa sensación cálida que solo él puede crear, la más parecida al amor que conozco.
- Y… ¿Qué tiene que ver eso con lo que te he preguntado?
- Pues que el problema del hielo es que cuando te acostumbras a vivir con él, ya no quieres dejar de estar helada.
En directo...!

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