Los pensamientos están para ser pensados. Los sentimientos están para ser sentidos. Qué tontería. Pues no. El peor de los errores suele producirse cuando mezclamos los conceptos y las acciones, tratando de pensar un sentimiento o intentando sentir un pensamiento.
Hablar es bajar las ideas del carro del pensamiento para hacerlas caminar en la fila de las palabras. Pensar es orden.
Querer, o lo que es lo mismo, odiar en positivo, no es más que la expresión del sentimiento a través de todos y cada uno de tus poros. Sentir es caos.
Seguro que hay amores que no convienen. Pero se sienten. Por mucho que se piense que no deberían ser, SON.
Y al revés, amores que no existen, pero se piensan, se razonan y parecen tan absurdos como caducos.
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