domingo, 14 de noviembre de 2010

(*) buscando la fina línea

Los pensamientos están para ser pensados. Los sentimientos están para ser sentidos. Qué tontería. Pues no. El peor de los errores suele producirse cuando mezclamos los conceptos y las acciones, tratando de pensar un sentimiento o intentando sentir un pensamiento.

Hablar es bajar las ideas del carro del pensamiento para hacerlas caminar en la fila de las palabras. Pensar es orden.

Querer, o lo que es lo mismo, odiar en positivo, no es más que la expresión del sentimiento a través de todos y cada uno de tus poros. Sentir es caos.

Seguro que hay amores que no convienen. Pero se sienten. Por mucho que se piense que no deberían ser, SON.

Y al revés, amores que no existen, pero se piensan, se razonan y parecen tan absurdos como caducos.

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