Tengo que confesarte que cuando como chocolate pienso en ti. Que cada vez que pienso en ti sonrío por inercia. Que he vuelto a repasar (una y otra vez) tus ojos desde todos sus ángulos. También tengo que confesarte que me muero de ganas por estar contigo y que eres tonto porque no te das la suficiente cuenta. Pero yo te quiero igual, porque eres el único capaz de hacer reír a mi corazón así.. con convulsiones incluidas.
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