Sueño, hora de dormir...
En su vida ajetreada, disfrutaba de la última hora del día para poner en orden sus ideas. Sería la falta de actividad, la tranquilidad, el siencio o simplemente la comodidad de su cama, pero conseguía pensar. A su cabeza venían frases, textos, palabras que había leído durante el día. Lástima que a veces sus ideas no eran tan optimistas y alegres como era propio en su carácter... Otras veces sus reflexiones estaban cerca de la realidad. Quizás era madurez, quizás un mal día, pero eran eso: reflexiones antes de acostarse que pasaban por su cabeza para formar parte de ese conjunto de ideas que conforman nuestro pensamiento.
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