viernes, 9 de julio de 2010

(*) matemática sentimental: lección II


Pasan los minutos. Pasan las horas. Pasa algún día. Ha leído de todo. Ha hecho de todo. Pero resulta muy difícil escapar al propio silencio. Lo dijo hasta un sabio japonés: puedes escapar al ruido del río y de las hojas al viento, pero el verdadero ruido está dentro de ti. Y además, a ella le importa un pimiento ir bien en esa materia. Al contrario, le encantaría que la suspendieran en matemática sentimental.



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